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Chanel Preston ya tiene la orden de “chupar” a nivel reflejo. La garganta profunda de una mujer obscena de cabello castaño asumía tan a menudo la dignidad masculina que los alvéolos dejaban de provocar un reflejo nauseoso cuando el pene se insertaba a cualquier profundidad. Una ninfa madura habladora habla de buena gana sobre temas prohibidos, muestra sus tetas, pero realiza una mamada real aún más genial. Este es un tipo especial de succión del pene, en el que la cabeza penetra a la mujer hasta la barra de tiro, sin dejar espacio para respirar y obligándola gay desvirgado a escupir saliva en la barba. Un compañero durante una felación pervertida está obligado a presionar la parte posterior de la cabeza con las manos para que el chupapollas que se resiste no suelte el rábano picante insertado de la laringe. Un hombre que ha probado tanta alegría con su amante nunca pensará en irse, ¡porque chupar con realeza es el pináculo de la dicha!